De la carta de seguridad al DNI

Cádiz, principios del XIX. La ciudad, asediada por los franceses, toma precauciones.

Lo cuenta Pérez-Reverte. "En tierra, todo dueño de fonda, posada o casa particular está obligado a informar sobre nuevos huéspedes; y quien se mueva por la ciudad debe de ir provisto de una carta de seguridad que lo acredite."

Cuento yo: Un hotel donde la telefonista reconocía mi voz y el camarero me tuteaba. Tanto iba. Me dice un día el dueño "Plinio, dejame el DNI para actualizar tu ficha". Qué ficha, pergunto. Verás, me contesta medio avergonzado, es que tenemos que pasar una relación de huéspedes a la Guardia Civil; por lo del terrorismo.

En la calle, ahora no te piden la carta de seguridad. Te espetan: documentación, por favor.